LA RESISTENCIA EL CONTEXTO:
Después del bombardeo de junio en Plaza de Mayo y del derrocamiento de Perón en septiembre de 1955, se consumó el tercer golpe militar de nuestra historia. Su primer Presidente Provisional de facto Gral. Eduardo Lonardi había pronunciado las frases altisonantes y repetidoras de las del Gral. Justo Jose de Urquiza luego de la batalla de Caseros: “No hay vencedores ni vencidos”. Frase falsa si las hubo en la historia argentina.
Todos los partidos políticos saludaron con alborozo a la que se autotituló Revolución libertadora, pero que para los peronistas fue “la fusiladora”.
Tanto los radicales Roque Carranza que luego sería Ministro de Defensa de Raúl Alfonsín y Miguel Ángel Zabala Ortiz, que sería canciller de Illia, entre otros- como los socialistas y comunistas de Vittorio Codovilla y sus huestes y los ultraconservadores habían sido primero Comandos Civiles que participaron del bombardeo de junio y del golpe de septiembre.
Muchos de las principales figuras de estos partidos formaron parte de la Junta Consultiva Nacional para el cambio constitucional que funcionó a partir del 11 de noviembre de 1955 y 1958. Constituida por dieciocho miembros, tuvo como Presidente al Vicepresidente de facto, Almirante Isaac F. Rojas. Los representantes de los distintos partidos fueron:
Mientras tanto el Partido Peronista fue disuelto y muchos de sus representantes y miembros fueron a dar con sus huesos en prisión. Se reabrió la cárcel de Ushuaia y las comisarías y cuarteles empezaron a funcionar como cárceles.
Con gran impudicia se organizaron exposiciones en el Residencia Presidencial con las ropas y pertenencias de Evita.
El edificio que el Estado Nacional había adquirido en 1937 construido por Mariano Unzué y Mercedes Baudrix en 1887 en el que Perón y Evita, la primera pareja presidencial, no habían sido los primeros que vivieron allí en forma permanente mientras se construía la residencia de verano, la Quinta de Olivos. Ese edificio fue totalmente destruido y desmantelado.
La Ley Nº 12.351 de 1960 destinó las tres hectáreas limitadas por la Avenida del Libertador Gral. San Martín, la Avenida Las Heras y las calles Agüero y Austria para que allí funcionara la Biblioteca Nacional que recién fue inaugurada el 10 de abril de 1992.
Las obras del Hospital de la calle Warnes fueron arrasadas mientras se destruían hasta los pulmotores por llevar el logo de la Fundación Eva Perón. Las viviendas construidas por los sindicatos fueron adjudicadas a familias de militares o de sus aliados.
En las fábricas los delegados peronistas fueron perseguidos y encarcelados, los obreros que habían demostrado sus simpatías por el peronismo eran despedidos. Los dirigentes de la Federación Universitaria de Buenos Aires -FUBA- se ofrecieron a reemplazarlos en el trabajo de ser necesario. Algunos llegaron a manejar tranvías y trolebuses con la custodia de un conscripto munido de su correspondiente bayoneta. Todo esto con total impunidad y ante el silencio cómplice de todas las fuerzas políticas antiperonistas.
Alfredo Palacios del Partido Socialista fue Embajador en Uruguay y en cierta oportunidad envió un telegrama pidiendo “clemencia para los delincuentes”, pero todos los partidos consintieron la ensañada persecución.
El 5 de marzo de 1956 se dictó el Decreto – Ley Nº 4161 que prohibía los “elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”. Se prohibía nombrar a Perón para quien se había acuñado una frase “el tirano depuesto”. También estaban prohibidos los símbolos partidarios, la posesión de retratos de Perón o Evita y entonar la marcha partidaria.
DECRETO 4161 (05/03/1956):
El cadáver de Eva Perón había sido secuestrado, robado, vejado y sacado del país clandestinamente.
Se confiscaron los bienes de los peronistas y la proscripción, el cierre de los sindicatos y los locales partidarios, el exilio, la cárcel, la persecución eran moneda corriente.
LAS PRIMERAS ACCIONES:
Ante estas circunstancia el peronismo perseguido comenzó a moverse en los terrenos pantanosos de la clandestinidad, comenzó a preparar su accionar, a veces individual, a veces anárquico, pero perseverante y corajudo.
Resistencia Peronista es como históricamente se conoce a las acciones y operaciones de esos militantes peronistas que enfrentaron -sin un plan previo- en forma casi espontánea con diversos métodos, a menudo ingeniosos y a veces ingenuos, primero al régimen instituido en 1955 y -después de que fracasara el golpe de Valle y de que cayera el gobierno de Frondizi que había subido con el apoyo del peronismo- a los demás regímenes electos o de facto que hacían oídos sordos ante los reclamos del justicialismo.
Los símbolos que no se podían ostentar se convirtieron en las furtivas V que ampliaron el sentido que les había dado Winston Churchill en la II Guerra Mundial y tuvieron la ambivalencia de ‘VICTORIA’ y ‘VUELVE’ que, combinadas con la P confirmaban el “Perón vuelve” o el “Perón vence”.
Son mucha la acciones desarrolladas: desde la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre en enero de 1959 a la huelga de portuarios dirigida por Eustaquio Tolosa, desde tirar un petardo en una esquina hasta cantar la marcha peronista en la cancha de Nueva Chicago, o hacer un acto relámpago en Corrientes y Esmeralda para provocar al régimen.
Y son muchos los nombres que jalonan esa primera Resistencia: Julio Troxler, Felipe Vallese, la Tía Margarita -Marga Fernández de Contursi- y marido Roberto Contursi, la Tía Elina Kubinsky, Jorge Di Pascuale, Amado Olmos, Sebastián Borro, Magín del Carmen Guzmán, Alfonso del Giudice, Federico Pedro Russo, Tito Bevilacqua, Julio “Tuli” Ferraris, Carlos Di Taranto, Rodolfo Ron, Héctor Spina, los hermanos Rearte, la familia -madre e hijos- Villaflor, Miguel Bianchini, Eduardo Salvide, Carlos Caride, el Mayor Alberte, El Bebe John William Cooke que, durante bastante tiempo, fue el hombre contacto con Juan Domingo Perón, entre tantos otros cuyos nombres se perdieron en la historia, pero sin cuyos hechos Perón no hubiera podido volver al país.
Fuente: Partido Justicilista - Provincia de Buenos Aires.
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Después del bombardeo de junio en Plaza de Mayo y del derrocamiento de Perón en septiembre de 1955, se consumó el tercer golpe militar de nuestra historia. Su primer Presidente Provisional de facto Gral. Eduardo Lonardi había pronunciado las frases altisonantes y repetidoras de las del Gral. Justo Jose de Urquiza luego de la batalla de Caseros: “No hay vencedores ni vencidos”. Frase falsa si las hubo en la historia argentina.
Todos los partidos políticos saludaron con alborozo a la que se autotituló Revolución libertadora, pero que para los peronistas fue “la fusiladora”.
Tanto los radicales Roque Carranza que luego sería Ministro de Defensa de Raúl Alfonsín y Miguel Ángel Zabala Ortiz, que sería canciller de Illia, entre otros- como los socialistas y comunistas de Vittorio Codovilla y sus huestes y los ultraconservadores habían sido primero Comandos Civiles que participaron del bombardeo de junio y del golpe de septiembre.
Muchos de las principales figuras de estos partidos formaron parte de la Junta Consultiva Nacional para el cambio constitucional que funcionó a partir del 11 de noviembre de 1955 y 1958. Constituida por dieciocho miembros, tuvo como Presidente al Vicepresidente de facto, Almirante Isaac F. Rojas. Los representantes de los distintos partidos fueron:
- Por la Unión Cívica Radical: Oscar Alende, Juan Gauna, Oscar López Serrot y Miguel Ángel Zavala Ortiz,
- Por el Partido Socialista: Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo, Ramón Muñiz y Nicolás Repetto,
- Por el Partido Demócrata Nacional ?conservador-: José Aguirre Cámara, Rodolfo Coromina Segura, Adolfo Mugica y Reinaldo Pastor,
- Por el Partido Demócrata Progresista: Juan José Díaz Arana, Luciano Molinas, Julio Argentino Noble y Horacio Thedy,
- Por el Partido Demócrata Cristiano: Rodolfo Martínez y Manuel Ordóñez,
- Por la Unión Federal -nacionalista-: Enrique Arrioti y Horacio Storni.
Mientras tanto el Partido Peronista fue disuelto y muchos de sus representantes y miembros fueron a dar con sus huesos en prisión. Se reabrió la cárcel de Ushuaia y las comisarías y cuarteles empezaron a funcionar como cárceles.
Con gran impudicia se organizaron exposiciones en el Residencia Presidencial con las ropas y pertenencias de Evita.
El edificio que el Estado Nacional había adquirido en 1937 construido por Mariano Unzué y Mercedes Baudrix en 1887 en el que Perón y Evita, la primera pareja presidencial, no habían sido los primeros que vivieron allí en forma permanente mientras se construía la residencia de verano, la Quinta de Olivos. Ese edificio fue totalmente destruido y desmantelado.
La Ley Nº 12.351 de 1960 destinó las tres hectáreas limitadas por la Avenida del Libertador Gral. San Martín, la Avenida Las Heras y las calles Agüero y Austria para que allí funcionara la Biblioteca Nacional que recién fue inaugurada el 10 de abril de 1992.
Las obras del Hospital de la calle Warnes fueron arrasadas mientras se destruían hasta los pulmotores por llevar el logo de la Fundación Eva Perón. Las viviendas construidas por los sindicatos fueron adjudicadas a familias de militares o de sus aliados.
En las fábricas los delegados peronistas fueron perseguidos y encarcelados, los obreros que habían demostrado sus simpatías por el peronismo eran despedidos. Los dirigentes de la Federación Universitaria de Buenos Aires -FUBA- se ofrecieron a reemplazarlos en el trabajo de ser necesario. Algunos llegaron a manejar tranvías y trolebuses con la custodia de un conscripto munido de su correspondiente bayoneta. Todo esto con total impunidad y ante el silencio cómplice de todas las fuerzas políticas antiperonistas.
Alfredo Palacios del Partido Socialista fue Embajador en Uruguay y en cierta oportunidad envió un telegrama pidiendo “clemencia para los delincuentes”, pero todos los partidos consintieron la ensañada persecución.
El 5 de marzo de 1956 se dictó el Decreto – Ley Nº 4161 que prohibía los “elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”. Se prohibía nombrar a Perón para quien se había acuñado una frase “el tirano depuesto”. También estaban prohibidos los símbolos partidarios, la posesión de retratos de Perón o Evita y entonar la marcha partidaria.
DECRETO 4161 (05/03/1956):
Visto...
El decreto 3855/55 (6) por el cual se disuelve el Partido Peronista en sus dos ramas en virtud de su desempeño y su vocación liberticida,
Y considerando...
Que en su existencia política el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana para lo cual creo imágenes, símbolos, signos y expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas.
Que dichos objetos, que tuvieron por fin la difusión de una doctrina y una posición política que ofende el sentimiento democrático del pueblo Argentino, constituyen para éste una afrenta que es imprescindible borrar, porque recuerdan una época de escarnio y de dolor para la población del país y su utilización es motivo de perturbación de la paz interna de la Nación y una rémora para al consolidación de la armonía entre los Argentinos.
Que en le campo internacional, también afecta el prestigio de nuestro país porque esas doctrinas y denominaciones simbólicas, adoptadas por el régimen depuesto tuvieron el triste mérito de convertirse en sinónimo de las doctrinas y denominaciones similares utilizadas por grandes dictaduras de este siglo que el régimen depuesto consiguió parangonar.
Que tales fundamentos hacen indispensable la radical supresión de esos instrumentos o de otros análogos, y esas mismas razones imponen también la prohibición de su uso al ámbito de las marcas y denominaciones comerciales, donde también fueron registradas con fines publicitarios y donde su conservación no se justifica, atento al amplio campo que la fantasía brinda para la elección de insignias mercantiles.
Por ello, el presidente provisional de la Nación Argentina, en ejercicio del Poder Legislativo, decreta con fuerza de ley:
Art. 1º: Queda prohibida en todo el territorio de la Nación:
a) La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados o grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del peronismo.
Se considerará especialmente violatoria de esta disposición la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes, las expresiones “peronismo”, “peronista”, ” justicialismo”, “justicialista”, “tercera posición”, la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales “Marcha de los Muchachos Peronista” y “Evita Capitana” o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos.
b) La utilización, por las personas y con los fines establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina artículos y obras artísticas que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales creados o por crearse, que de alguna manera cupieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o ideología del peronismo.
c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes símbolos y demás, objetos señalados en los dos incisos anteriores.
Art. 2 º: Las disposiciones del presente decreto-ley se declaran de orden público y en consecuencia no podrá alegrarse contra ellas la existencia de derechos adquiridos. Caducan las marcas de industria, comercio y agricultura y las denominaciones comerciales o anexas, que consistan en las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los incisos a) y b) del art. 1º.
Los ministerios respectivos dispondrán las medidas conducentes a la cancelación de tales registros.
Art. 3 º: El que infrinja el presente decreto-ley será penado:
a) Con prisión de treinta días a seis años y multa de m$n: 500 a m$n. 1.000.000;
b) Además, con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial;
c) Además, con clausura por quince días, y en caso de reincidencia, clausura definitiva cuando se trate de empresas comerciales.
Cuando la infracción sea imputable a una persona colectiva, la condena podrá llevar como pena accesoria la disolución.
Art. 4º: Las sanciones del presente decreto-ley será refrendado por el Excmo. Señor vicepresidente provisional de la Nación y por todos los señores ministros secretarios de Estado en acuerdo general.
Art. 5º: Comuníquese, dése a la Dirección General del Registro Nacional y archívese
Aramburu – Rojas – Busso – Podestá Costa – Landaburu – Migone. – Dell?Oro Maini – Martínez – Ygartúa – Mendiondo – Bonnet – Blanco – Mercier – Alsogaray – Llamazares – Alizón García – Ossorio Arana – Hartung – Krause.
El cadáver de Eva Perón había sido secuestrado, robado, vejado y sacado del país clandestinamente.
Se confiscaron los bienes de los peronistas y la proscripción, el cierre de los sindicatos y los locales partidarios, el exilio, la cárcel, la persecución eran moneda corriente.
LAS PRIMERAS ACCIONES:
Ante estas circunstancia el peronismo perseguido comenzó a moverse en los terrenos pantanosos de la clandestinidad, comenzó a preparar su accionar, a veces individual, a veces anárquico, pero perseverante y corajudo.
Resistencia Peronista es como históricamente se conoce a las acciones y operaciones de esos militantes peronistas que enfrentaron -sin un plan previo- en forma casi espontánea con diversos métodos, a menudo ingeniosos y a veces ingenuos, primero al régimen instituido en 1955 y -después de que fracasara el golpe de Valle y de que cayera el gobierno de Frondizi que había subido con el apoyo del peronismo- a los demás regímenes electos o de facto que hacían oídos sordos ante los reclamos del justicialismo.
Los símbolos que no se podían ostentar se convirtieron en las furtivas V que ampliaron el sentido que les había dado Winston Churchill en la II Guerra Mundial y tuvieron la ambivalencia de ‘VICTORIA’ y ‘VUELVE’ que, combinadas con la P confirmaban el “Perón vuelve” o el “Perón vence”.
Son mucha la acciones desarrolladas: desde la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre en enero de 1959 a la huelga de portuarios dirigida por Eustaquio Tolosa, desde tirar un petardo en una esquina hasta cantar la marcha peronista en la cancha de Nueva Chicago, o hacer un acto relámpago en Corrientes y Esmeralda para provocar al régimen.
Y son muchos los nombres que jalonan esa primera Resistencia: Julio Troxler, Felipe Vallese, la Tía Margarita -Marga Fernández de Contursi- y marido Roberto Contursi, la Tía Elina Kubinsky, Jorge Di Pascuale, Amado Olmos, Sebastián Borro, Magín del Carmen Guzmán, Alfonso del Giudice, Federico Pedro Russo, Tito Bevilacqua, Julio “Tuli” Ferraris, Carlos Di Taranto, Rodolfo Ron, Héctor Spina, los hermanos Rearte, la familia -madre e hijos- Villaflor, Miguel Bianchini, Eduardo Salvide, Carlos Caride, el Mayor Alberte, El Bebe John William Cooke que, durante bastante tiempo, fue el hombre contacto con Juan Domingo Perón, entre tantos otros cuyos nombres se perdieron en la historia, pero sin cuyos hechos Perón no hubiera podido volver al país.
Fuente: Partido Justicilista - Provincia de Buenos Aires.
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